Cuando estamos solteros, somos buenísimos para pedir, queremos una persona con determinadas características: que sea trabajador, maduro, estable, y un largo etcétera, pero sólo una pregunta: ¿esa persona se fijaría en ti?
Para hacerlo, debemos adoptar determinadas actitudes para crecer, ojo para crecer, no para cambiar, dado que si queremos cambiar para gustarle a alguien, estamos ante una situación de baja autoestima más que de amor genuino.
Por ejemplo, si quieres estar con una persona que cuide su cuerpo, su forma de comer, tú también debes hacerlo. ¿por qué? Porque atraemos lo que somos. No vamos a atraer a alguien que le encante hacer deporte, si no nos paramos en un parque, o gimnasio, para ejercitarnos.
Por ello, debemos tomar esa persona ideal como medida o estándar para nuestro crecimiento personal; para pedir, debemos primero a estar dispuestos a dar. Para atraer lo que queremos, debemos estar dispuestos a crecer.
Creemos que por el sólo hecho de ser tal cual somos ya una persona debe amarnos, y si bien el amor es aceptación, también el amor propio es sinónimo de crecimiento y constante evolución persona.
Por ello, sólo te quiero hacer una pregunta: siendo tal cual eres en este preciso instante, ¿atraerías a la persona ideal? ¿esa persona quisiera compartir tiempo contigo?