Sí, viendo series también se puede aprender y más si son tan buenas como lo es la serie de Frank y Claire Underwood. Si ya viste la tercera temporada, seguramente ubicas el capítulo donde salen los monjes tibetanos. Si no, no te preocupes, no daré nada de spoilers… aunque a esta altura hablar de la tercera temporada ya no deberían ser spoiler.
Para quien no haya visto House of Cards, trata sobre las ambiciones de un matrimonio en la política de Estados Unidos, donde van escalando el poder hasta que Frank logra llega a la Presidencia…
Cuando Frank ya es presidente, un grupo de monjes del Tíbet es invitado en un intercambio cultural a la Casa Blanca. Durante todo un capítulo, mientras la serie sigue su trama y los personajes siguen haciendo sus triquiñuelas para mantener el poder, los monjes se dedican a hacer su mandala, la cual según el budismo e hinduismo, es una representación del universo.
Primero, sobre la tabla donde quedará el mandala, lo dibujan a lápiz para delimitar los colores que usarán; luego, rellenan lo dibujado con arena de diferentes colores; sí, en lugar de pintura, el mandala cobra vida con arena de colores. Pero para rellenar las figuras con la arena, usan una especie de “palita” que golpean ligeramente para que caiga la cantidad justa de arena dentro de la figura; es decir, para terminar un mandala ¡duras un montón de tiempo!
Como podrás imaginar, crear uno es sumamente metódico y requiere de muchísima paciencia y tiempo, justo por eso es que se recomienda como terapia, ya que ayudan a reducir la ansiedad y el estrés.
Para no hacerte la historia más larga, en la parte final del capítulo, y una vez que los monjes logran por fin terminar su obra, dentro de un ritual sumamente solemne y espiritual, uno de los monjes se encarga de pasar una especie de escoba por encima de la obra, con el fin de borrar por completo lo que recién habían terminado.
¡¿QUÉ? SI NI SIQUIERA LO DISFRUTARON!! NI SI QUIERA LO VIERON TERMINADO!!!!! Sí, lo borran y terminan por arrojar toda la arena a una especie de río.
Yo no sabía, pero el propósito de hacer un mandala es justamente eso, el de meditar y hacer consciencia sobre el desapego y la impermanencia.
Si estás pasando momentos amargos, o bien, tu relación recién terminó, la enseñanza que me dejó ese capítulo de House of Cards es esta: Por más amor, tiempo y paciencia que le dediques a algo, debemos entender que no será eterno, que no venimos a este mundo para acumular ni para apegarnos o aferrarnos a nadie. Lo único constante en la vida es el cambio. Por más amor, tiempo, esfuerzo que le hayamos dedicado a esa relación, debemos entender que nada ni nadie nos pertenece.
Si realmente se ama a esa persona que decidió ya no compartir más tiempo con nosotros, debemos entender que la forma más sana de seguir con nuestra vida es desapegarnos, entender que el amor no es aferrarse a alguien y forzar las cosas; al contrario, el amor respeta y sabe soltar.
Por último, aquí el Mandala elaborado en el capítulo de la serie:
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