El rechazo nos muestra el camino.
Una persona buena tiñe los hechos con su propio color y usa en su beneficio todo lo que ocurre. Séneca.
Cuando nos rechazan nos emperramos, nos ponemos tristes, y sentimos que el mundo se nos viene abajo; ¿de verdad es tan malo? Veamos.
¿Cómo no vamos a sentirnos como basura si nos acaban de terminar? ¿Qué podemos hacer?
Busca la oportunidad. La oportunidad que esconde el corazón roto.
El problema es que somos muy malos para buscar. El problema son nuestras ideas preconcebidas. Nos indican que las cosas deberían ser de cierta manera (vivir una bonita historia de amor), así que cuando no las cosas no suceden como lo esperamos, sentimos que hemos perdido nuestro tiempo al perseguir o invertir tiempo en cierta relación, cuando en realidad todo está bien y cada situación nos da la oportunidad de actuar.
Todo lo vemos terrible, pero ¿qué pasaría si vieras eso como una oportunidad, no como un desastre?
Tienes la oportunidad excelente de crecer, mejorar como persona y sí estar con quien debas estar y no con quien te aferras y te desgastas emocionalmente. Con quien le exiges quererte y simplemente no te quiere. Buscar mejorar tu autoestima, practicar en amor en ti en lugar de buscar que alguien venga y te llene esos vacíos que te corresponden a ti llenar.
Recuerda que dolores y bendiciones no son mutuamente excluyentes.
Cuando llegue el fracaso amoroso pregúntate: ¿Qué marchó mal? ¿Qué puede mejorar? ¿Qué pasé por alto? Esto ayuda a que surjan otras formas de hacer lo que debe hacerse, formas a menudo mucho mejores que esa vez en que fracasamos. ¿Qué depende de mí? ¿Qué no depende?
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