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Una relación se puede forzar; el amor no.

¿Qué pasa cuando no sabemos decir no, cuando no sabemos establecer nuestros límites? Iniciamos, permanecemos o volvemos a relaciones a punta de forzar las cosas, ¿y desde dónde crees que se dan este tipo de relaciones? Obviamente desde la necesidad.

Necesidades inconscientes; como por ejemplo acallar esa presión social de estar solteros, o simplemente por querer tener compañía, o hasta por querer celar a la ex pareja que nos dejó.

Porque si fuéramos conscientes de nuestras necesidades no resueltas, obviamente no iniciaríamos este tipo de relaciones, a nadie le gusta la medianía o vivir relaciones tóxicas.

Justamente por no ser conscientes de ello, iniciamos o regresamos a esa relación con la creencia de que “con el tiempo la o lo voy a querer”, “con el tiempo van ir bien las cosas”, “a ver qué pasa, vamos a darnos la oportunidad”. Al final, la relación simplemente no fluye y he visto relaciones de años o bien matrimonios donde pasa lo siguiente:

  1. La relación se vuelve sumamente tóxica donde constantemente hay peleas, ofensas, faltas de respeto y se vuelve insostenible, desgastante, dañando la salud emocional de los integrantes.
  2. O bien, es una relación o matrimonio, sumamente aburrida sin altos y bajos emocionales, simplemente estable, vacía, donde nada hace vibrar esa relación, es decir, se vive medianamente feliz y hasta ahí, e inclusive puede que no entendamos por qué no somos felices si se supone que lo tenemos “todo”.

¿Y qué pasa en estas relaciones, ya sea las tóxicas o las vacías? Lo único que nos va a unir son miedos o necesidades. Por eso cuando veo relaciones de mucho tiempo siempre digo: “O mucho amor o mucha necesidad” (a perder lo poco que tenemos, a no encontrar a alguien más, a arrepentirnos de nuestra decisión)

Así, seguiremos ahí hasta que tengamos la valentía o el valor de aceptar que no existe amor sino que lo único que nos une es la necesidad, hasta que nos sepamos merecedores de algo mejor, una unión que sí nos haga vibrar. O bien, elegiremos seguir condenándonos a una felicidad mediana, nada profundo que nos ayuda a ser plenos.

Por eso, quiero dejarte como conclusión un ejercicio del Dr. Víctor Frankl: ¿qué te consejo te daría tu “yo” del futuro respecto de tu relación? ¿qué te diría sobre vivir medianamente feliz?

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